«¿Por qué escribir?»: Ruiz Garzón sobre Conrad, Félix Romeo y el acto de escribir

16.11.2013

«¿Por qué escribir?»: Ruiz Garzón sobre Conrad, Félix Romeo y el acto de escribir

Publicado en Ricard Ruiz Garzón, El Periódico

elPeriodico.com

En la columna que viene publicando cada viernes en el Periódico de Catalunya, el periodista y escritor Ricard Ruiz Garzón reflexiona sobre dos autores, Félix Romeo y Joseph Conrad, de tiempos, estilos y países distintos, pero igualmente «insobornables»,  a propósito de dos libros de reciente publicación: Por qué escribo, editado por nuestros amigos de Xordica, y Nota del autor... Un aviso para navegantes ahora que acaba de caer en Segovia la primera nevada del otoño...

Ricard Ruiz Garzón

¿POR QUÉ ESCRIBIR?

Viernes, 15 de noviembre del 2013

«Escribo porque soy diferente. Escribo para ser diferente. Empecé a escribir porque era diferente. Empecé a escribir porque quería ser diferente.» Lo escribió el gran Félix Romeo (1968 - 2011) en el artículo que da nombre al volumen Por qué escribo (Xordica). Incisivo como todos los del autor de Amarillo, el libro recopila un centenar de piezas cortas, entre ellas algunas tan espléndidas como la dedicada a la lluvia y a la muerte de Jesús Moncada.

Verdadero testamento autobibliográfico a los dos años de su pérdida, Por qué escribo se abre con una pregunta mil veces formulada, pero es una respuesta lúcida y constante del zaragozano a quienes aún entienden la cultura como una sumisión: «En octavo de EGB fabriqué mis primeras plaquettes fotocopiadas -dice en otro texto-. Las destruí poco después porque me daba vergüenza escribir tan mal. Ahora puedo decir que en esas plaquettes está lo mejor que he escrito».

Insobornable como Félix Romeo, Joseph Conrad era también un apasionado al que horrorizaba ser descubierto «en pantoufles». Lo dice el mismo escritor en uno de los prólogos a sus propias obras, que acaban de aparecer recopilados en el volumen Nota del autor (La Uña Rota). Junto a sus implacables análisis de Lord Jim, Nostromo o El corazón de las tinieblas, en los que abunda en su fervor por la vida marítima, el libro destaca precisamente por recoger los escasos momentos en los que el escritor se volvió sobre sí mismo.

Después de publicar con 36 años La locura de Almayer, por ejemplo, creyó oportuno abandonar. Fue el editor y escritor inglés Edward Garnett, su amigo y mentor, quien lo impidió, diciéndole: «Tiene usted el estilo, tiene el temperamento. ¿Por qué no escribir otro libro?». Según Conrad, si le hubiera preguntado «¿Por qué no seguir escribiendo?», lo hubiera dejado. La literatura, en fin, a veces es grande y a veces muy pequeña. Pero siempre, siempre, se abre paso. Valgan Joseph Conrad y Félix Romeo, valga el aviso para navegantes: ¿escribir? ¿Para qué? Y sobre todo... ¿para qué no?