José Aja (Cantabria, 1966) vive y trabaja en Madrid.

Actualmente es profesor de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca.

Se forma con profesores como Ferrán García Sevilla y Xavier Grau en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, a finales de los años 80, en un momento en el que todavía se deja sentir la moda del neoexpresionismo, que le influye en sus primeros años. En poco tiempo, sin embargo, la agitación de sus lienzos iniciales da paso a una etapa de mayor sosiego en la que cultiva una abstracción de fondos blancos atravesados por líneas verticales. El crítico de arte Simón Marchán ha hablado de ironía en relación a estas obras en las que el gesto aparece como congelado: "Aja se permite ironizar contra el goteo, contra el automatismo fisiológico", ha escrito.

A partir de 1995 su pintura se vuelve más explosiva y fogosa y el movimiento del cuerpo, involucrado ya totalmente en el acto de pintar, cobra una importancia creciente. De 1996 es su serie Dead painting, en la que el pincel es entendido como una extensión del cuerpo y el acto de pintar como principio autogenerador de la pintura misma. Tras este periodo durante el cual su plástica parece surgir de un premeditado anonimato autoral, a finales de los noventa deja que aflore en su pintura un principio ordenador: el cálido cromatismo de Tiziano. La serie que realiza sobre El desollamiento de Marsias, el cuadro del pintor veneciano, trata de abordar la pintura con ojos limpios, dejándose embriagar tan sólo por su fisicidad, su calor y por el mero goce de pintar.

Será a partir de ese momento en donde su pintura aborda la figuración, primero desde una mirada a los maestros antiguos para posteriormente incluir en sus cuadros lo cotidiano, aquello que nos acontece: "José Aja ha desarrollado sus últimas obras gracias a la recuperación de la experiencia de su entorno, esto es, en un proceso elemental pero complejo que supone aprender a mirar lo cercano y, al mismo tiempo, tratar de emplazar los acontecimientos con los que los mass-media nos bombardean sin imponer dogmáticamente un programa", señala Fernando Castro Flórez. Ajeno tanto a la literalidad cuanto al ornamentalismo lo que ha conseguido es desplazarse desde un cuerpo de la pintura abstracto hasta una piel figural, pero sobre todo, ha conseguido articular una zona de sedimentación plástica en la que lo visto pueda modularse de acuerdo con su enérgica y pasional forma de entender la pintura.

 

Entre sus exposiciones individuales puede mencionarse Ping Pong, en el ESPAI 13 de la Fundación Miró (1996), El puente de la visión, en el MAS, Museo de arte moderno y contemporáneo de Santander (2001) y No se puede mirar, en la sala Robayera de Miengo (2008). Ha sido becado por la Fundación Marcelino Botín, Santander (1996) y ha expuesto regularmente con la galería Ferran Cano, concurriendo en diversas ocasiones a la feria Arco de Madrid, además de a otras ferias en el extranjero (Basel, Chicago,Frankfurt y Paris).

 

Su web: http://cargocollective.com/joseaja