Los inspectores de linóleos viejos

La Angélica Liddell más satírica, picante, divertida y mordaz contra los burócratas, «esas coles hervidas en agua sin sal», los inspectores de linóleos viejos.

 

Un canto al artista irresponsable, al hacedor de lo inútil, que practica autopsias a la vista de todos. Un canto a aquellos que ven vida en el arrebato.

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Un inspector de linóleos viejos, «sicario de lo útil», se definiría a sí mismo de esta manera, con diccionario en mano:

Inspector:  adj. Que reconoce y examina algo.

de: prep. Denota posesión o pertenencia. La casa de mi padre. La paciencia de Job.

Linóleo: m. Tela fuerte e impermeable, formada por un tejido de yute cubierto con una capa muy comprimida de corcho en polvo amasado con aceite de linaza bien oxidado.

Viejo: adj. Deslucido, estropeado por el uso.

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Angélica Liddell, por medio de la sátira, desenmascara a una clase de persona a quien llama «inspector de linóleos viejos», cuyo hábitat suele ser las instituciones culturales, pero no sólo. Al contraluz de la obra brillante de autores como Charles Dickens, Franz Kafka, Mircea Cărtărescu o Simone Weil, entre otros, Liddell opone lo mezquino a lo inconmensurable estético, y disecciona a ese ser que humilla y menosprecia la poesía y la belleza.

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Basado en hechos reales.

 

12,00 €
Páginas: 104
ISBN: 978-84-18782-27-5
Marzo 2023

Angélica Liddell

Angélica Liddell nace en Figueres en 1966. Con su compañía Atra Bilis, fundada en 1993 junto a Sindo Puche, ha estrenado una veintena de creaciones con las que ha obtenido numerosos premios.