Cansancio de significar: Ángela Segovia, "La curva se volvió barricada"

15.12.2016

Cansancio de significar: Ángela Segovia, "La curva se volvió barricada"

Publicado en Oculta

Paula López Montero en Oculta

La editorial La uña rota, recuperando la línea editorial de la colección «Libros inútiles» iniciada en septiembre-octubre de 1996, nos trae veinte años después un magnífico texto con el que Ángela Segovia, la autora, reafirma su calidad, talento y perspicacia.

Con tan sólo 28 años, Ángela Segovia se ha situado como una de las voces más prometedoras de la poesía española. Con su primer obra ¿Te duele? Obtuvo el Premio Internacional Félix Grande en 2009 y en 2013 publicó De paso a la ya tan, que cuenta ya con su tercera edición. Es becaria de creación en la Residencia de Estudiantes de Madrid, por segundo año, avalada por Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poesía en 2009.

La curva se volvió barricada es un libro tremendamente singular que por su carácter, personalidad y propia filosofía –incluso la edición cuidada e independiente de la editorial– quiere situarse en la curva, en la vía que escapa de toda entidad o forma rígida. Concebido como un poema-poliedro de nueve lados, trata de desencajar el pensamiento, la tradición y la propia poesía, haciendo barricada, y finalmente proponiendo nuevos horizontes. Un texto lleno de subtextos, apóstrofes, bisagras y claroscuros, leyendas que guían e interrupciones, cortes, heridas, condensaciones, irreverencias, sutilezas, grandes punzadas a medio camino entre la intuición, el flujo verbal y una gran clarividencia. Ángela Segovia escribe: «Estoy pensando en la poesía como falla de la lengua, ya que va más allá de sus propias construcciones, sus técnicas y tecnologías; de alguna manera la poesía sirve para hacer un lenguaje que complica, abre, entorpece y amplía la comunicación. Es veladura cuando nubla, corta, desordena y embrolla los procedimientos normales de la comunicación verbal. Y es veladura porque el ejercicio es precisamente tapar para mostrar lo que de otro modo no se ve».

La interrupción, el corte, el encabalgamiento fracturado lo vemos desde el inicio de la obra, en «noche a golp», escribe:

«ganas dan decirte muchas    de
ganas dan decirte muchas    a-
caso en cosas de-
cirte ganas cosas     de

ninguna cosa acaso cabe en el ni-
nguna cabe acaso la
ausencia de esa cosa

o qui
zás siquiera eso
en la»

El texto fue escrito entre Santiago de Chile, Barcelona y Madrid, y se respiran aires fuera de las urbes y la comodidad de esos lugares y apunta a la herida europea, a la racionalidad, el hermetismo, la violencia y el patriarcado. Por otra parte se aprecian la influencia de escritores como César Vallejo y Elena Garro a parte de una posición cercana a la poesía de Paul Celan:

«al comienzo estaba el cerebro secreto dijo un borracho bebiendo leche de madrugada, junto a la ventana de su pieza. Al comienzo, hay un andén intérmino, Largo largo, miren como se aleja. Ahora sí, este insistente, monócromo, rigor vertebral, rugor de la piel, que va de la nuca al centro
de la tierra mismo
no es más que un aviso:
ya cierne lo duro
estaré feliz de recibirla
y sonrío con arrojo, con heridas
aún quebrándome
después que la inminencia del desvelo acabó de desaparecer
¿qué nombre le pondré? Me
pregunto, pequeña mascota salvaje
su cuello despeluchado
sólo quiere sorberme desde el cielo
y llevarme donde nada cambia
donde ni una cifra
donde no existe sospecha ni medid
a».

El lenguaje tras la fractura crea un nuevo significado como en «Daimon» day- y –moon. En «lo más raro que sé»:

«cuál era sinceridad
venirnos a nacernos acá, entre las fábricas puños
un vaho
milimétrico borda
un segundo el f’río
no es la noche que avanza
son los raíles que van
contrael morir del tren»

Hay punzadas, como decíamos, para Europa: En «vuelan»:

«tan europeo aquí, plagas del euro
pulmones medio llenos de aire siempre
y ese deseo des…eh   de sed
desola
supongo
que estoy necesitando escribir
y mira como sale y versa y carta
pero es tan trágico a la vez, que envuelve
encruda
enquista
y».

El apóstrofe de «cansancio de significar» alberga unas palabras que merece la pena reposar: «a la lengua como un flujo de ritmos sin sentidos, se opone la luz de la claraboya, como un ovni sin voluntad. el tipo de silogismo que le gusta practicar es el que tiene una herida. La herida del silogismo es tan grande que acaba por sustituirlo. La herida se llama: cansancio de significar».

Para Ángela, en la era hipertecnológica que vivimos el desierto hoy tiene nombre de Big data y crece y crece. En «una pantalla» escribe: «mira ahí, a la pantalla donde dice big data. Donde arriba pone violencia abajo descompone un pixelado. La pantalla lo hace notar. Yo no quise serlo me digo, no quise serlo. Miro la pantalla donde dice big data y se agranda un detalle, lamento no reconocerlo. No estoy sufriendo es sólo una sensación de pérdida lingüística, una sensación como de irse, como de irse», «en esta pestañita hemos almacenado toda la información concerniente a una palabra como desolación/ cariño/ desnudez. Pero siempre falta algo. El ángulo negro crece crece crece».

 

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la    V       de los vencidos es un pájaro cortando el cielo de lo imaginario

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