Que si prólogos, proemios, prefacios, introducciones, preámbulos, prolegómenos, preliminares... Tantos nombres para un solo concepto. Hay quien prefiere llamarlo «género». Asimismo, no son pocos los escritores que lo han cultivado con empeño, ya fuera introduciendo textos ajenos o prologando obras propias, e incuso preliminando obras inexistentes: Borges, Macedonio Fernández, Stanislaw Lem o el mismísimo Conrad, de quien hace muy poco publicamos Notas del autor, que por vez primera en castellano recoge todos los prólogos que escribió a su propia obra…